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Charlando sobre el café

Accesibilidad en beta: Videojuegos y discapacidad

9 de agosto de 2022

Los videojuegos son una obra cultural y de entretenimiento que cada día gana mayor notoriedad. Por eso, hoy, en el Día Mundial del Videojuego, conversamos con dos Gamers con discapacidad para conocer qué tan inclusivo es el universo de los videojuegos para ellos/as.


A Pía Peña le gustaron los videojuegos desde los ocho años. Cuando estaba en reuniones familiares, se unía a todos en su casa para jugar Play Station. Pía es ciega y aunque los primeros juegos con los que empezó no fueron pensados para la comunidad de personas con discapacidad visual, en aquel entonces se las apañaba para aprenderse los sonidos y poder jugar.


Luego, cuando empezó a usar la computadora, descubrió que había todo un mundo de audiojuegos (juegos sin imagen dirigidos a personas ciegas) y comenzó a probar todos los que podía. Pero Pía también quería jugar con videojuegos comerciales, así que inició una búsqueda para encontrar alguna manera de hacerlo.


Primero se enteró que existían los emuladores (programas de computadora que emulan a las videoconsolas). Estos softwares le ayudaron a hacer que algunos videojuegos sean más accesibles, ya que el emulador le permitía jugarlos en la PC con ayuda de su lector de pantalla (un software que verbaliza todo lo que está en la pantalla y que es utilizado por personas ciegas para manejar las computadoras y los celulares).


Después, tras una mayor indagación, se metió a explorar el mundo de los juegos en línea y encontró que Hearthstone, un videojuego de cartas online, tenía un mod (una extensión del juego) creada por un desarrollador independiente que le permitía jugar con el lector de pantalla de su computadora. Actualmente, Pía juega en las modalidades estándar y Campos de Batalla con otros competidores sin ninguna discapacidad.


Pero no todo es sencillo para ella, ya que, cuando el juego realiza grandes actualizaciones, el mod no funciona y debe esperar que el desarrollador actualice la extensión.


“Una vez me estaba por anotar a un torneo y justo ese día Hearthstone se actualizó. Estaba inscribiéndome y cuando abro el juego para copiar mi usuario, me encontré que estaba actualizado, el lector no me leía nada, así que me lo perdí”, cuenta.


A Pía le preocupa que en algún momento el desarrollador deje de darle soporte al mod que creó y que el juego siga avanzando, porque si eso ocurre, se le va a hacer muy difícil continuar jugando.

***

Fran Riba, al igual que Pía, es muy fan de los videojuegos. Cada que puede juega Animal Crossing, Fortnite, Stardew Valley, entre otros. Él sabe que los videojuegos no han sido pensados para la comunidad autista, de la que él forma parte, pero, en su caso, gracias a las funciones de accesibilidad de la mayoría de juegos, se ha adaptado con facilidad.


“Yo suelo bajarle el volumen de los efectos de sonido y de la música a los videojuegos porque me aturden.  Fortnite tiene una configuración que te permite visualizar los sonidos en la pantalla, que está dirigida a personas sordas, pero lo podemos utilizar muchas personas a quienes nos molesta el ruido”, comenta Fran.


Los videojuegos han sido una herramienta de socialización importantísima para él. Hoy pertenece a una comunidad que se llama Guardians of the Occamy en la que se juntan todos los días para jugar vía Discord.


“Los videojuegos me han permitido conocer gente, cosa que en la vida cotidiana para mí es muy difícil porque hay muchos patrones sociales y aspectos físicos que hay que leer, analizar, sobreentender. En los videojuegos no pasa eso porque las comunicaciones son por voz o chat; ahí tienes que decir lo que tienes que decir y no hay otra interpretación”, agrega.


Lejos del estereotipo que considera que los videojuegos fomentan la violencia, Fran cree que a él le han ayudado a reforzar su empatía y su capacidad de trabajar en equipo, actitudes que la gente suele pensar que las personas autistas no dominan.

***

Pía Peña sabe que cada vez hay más preocupación por la accesibilidad en el universo de los videojuegos. Por ejemplo, la PlayStation 5 y la Xbox Series X son consolas que son bastante amigables, pero también es consciente de que los juegos accesibles siguen siendo una minoría y que, si una persona ciega quiere meterse de lleno a explorar el universo de los videojuegos, probablemente va a tener que buscar complementos como mods o emuladores que le ayuden a jugar de manera más cómoda y no todo el mundo está dispuesto a hacer ese esfuerzo.


También cree que la accesibilidad es importante en una sociedad en la que los videojuegos cobran más relevancia para las interacciones sociales.


“El otro día me contaron que un nene ciego de nueve años quería jugar Minecraft y me preguntaron si era accesible; tuve que decir que no. Traté de dar alternativas como audiojuegos, pero es un poco triste porque los niños quieren compartir con otros que juegan lo mismo, no van a querer jugar un juego cualquiera con el tío o los padres”, señala.


Por eso recalca la importancia de que los desarrolladores se den cuenta que hay muchas personas que quieren jugar, pero no pueden hacerlo porque el producto no está preparado para ellas y que la accesibilidad, si se implementa desde el principio, es mucho más fácil.


“Un amigo mío que es ingeniero y que no tiene idea de accesibilidad se puso a programar un videojuego de Star Wars porque es muy fan y quería que yo lo juegue, entonces le agregó algunas cosas y pude jugar. Le dije que haga algunas mejoras y ando a la espera de eso, entonces realmente no es tan difícil si se implementa desde el principio”, sostiene Pía.


Fran Riba está de acuerdo con Pía y agrega que otro elemento vital para lograr espacios más amigables con la discapacidad es que cada vez se organicen más comunidades de personas de la diversidad.


“El lema de nuestro clan de videojuegos es que es un espacio seguro para todes: personas LGTBIQ, con discapacidad, racializadas, para todas las personas que lo necesiten. No basta con que las plataformas y las grandes industrias de los videojuegos incorporen accesibilidad, sino que también las personas deben empezar a crear comunidades gamers respetuosas con las diferencias en general”, concluye.


A Pía Peña le gustaron los videojuegos desde los ocho años. Cuando estaba en reuniones familiares, se unía a todos en su casa para jugar Play Station. Pía es ciega y aunque los primeros juegos con los que empezó no fueron pensados para la comunidad de personas con discapacidad visual, en aquel entonces se las apañaba para aprenderse los sonidos y poder jugar.


Luego, cuando empezó a usar la computadora, descubrió que había todo un mundo de audiojuegos (juegos sin imagen dirigidos a personas ciegas) y comenzó a probar todos los que podía. Pero Pía también quería jugar con videojuegos comerciales, así que inició una búsqueda para encontrar alguna manera de hacerlo.


Primero se enteró que existían los emuladores (programas de computadora que emulan a las videoconsolas). Estos softwares le ayudaron a hacer que algunos videojuegos sean más accesibles, ya que el emulador le permitía jugarlos en la PC con ayuda de su lector de pantalla (un software que verbaliza todo lo que está en la pantalla y que es utilizado por personas ciegas para manejar las computadoras y los celulares).


Después, tras una mayor indagación, se metió a explorar el mundo de los juegos en línea y encontró que Hearthstone, un videojuego de cartas online, tenía un mod (una extensión del juego) creada por un desarrollador independiente que le permitía jugar con el lector de pantalla de su computadora. Actualmente, Pía juega en las modalidades estándar y Campos de Batalla con otros competidores sin ninguna discapacidad.


Pero no todo es sencillo para ella, ya que, cuando el juego realiza grandes actualizaciones, el mod no funciona y debe esperar que el desarrollador actualice la extensión.


“Una vez me estaba por anotar a un torneo y justo ese día Hearthstone se actualizó. Estaba inscribiéndome y cuando abro el juego para copiar mi usuario, me encontré que estaba actualizado, el lector no me leía nada, así que me lo perdí”, cuenta.


A Pía le preocupa que en algún momento el desarrollador deje de darle soporte al mod que creó y que el juego siga avanzando, porque si eso ocurre, se le va a hacer muy difícil continuar jugando.

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Fran Riba, al igual que Pía, es muy fan de los videojuegos. Cada que puede juega Animal Crossing, Fortnite, Stardew Valley, entre otros. Él sabe que los videojuegos no han sido pensados para la comunidad autista, de la que él forma parte, pero, en su caso, gracias a las funciones de accesibilidad de la mayoría de juegos, se ha adaptado con facilidad.


“Yo suelo bajarle el volumen de los efectos de sonido y de la música a los videojuegos porque me aturden.  Fortnite tiene una configuración que te permite visualizar los sonidos en la pantalla, que está dirigida a personas sordas, pero lo podemos utilizar muchas personas a quienes nos molesta el ruido”, comenta Fran.


Los videojuegos han sido una herramienta de socialización importantísima para él. Hoy pertenece a una comunidad que se llama Guardians of the Occamy en la que se juntan todos los días para jugar vía Discord.


“Los videojuegos me han permitido conocer gente, cosa que en la vida cotidiana para mí es muy difícil porque hay muchos patrones sociales y aspectos físicos que hay que leer, analizar, sobreentender. En los videojuegos no pasa eso porque las comunicaciones son por voz o chat; ahí tienes que decir lo que tienes que decir y no hay otra interpretación”, agrega.


Lejos del estereotipo que considera que los videojuegos fomentan la violencia, Fran cree que a él le han ayudado a reforzar su empatía y su capacidad de trabajar en equipo, actitudes que la gente suele pensar que las personas autistas no dominan.

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Pía Peña sabe que cada vez hay más preocupación por la accesibilidad en el universo de los videojuegos. Por ejemplo, la PlayStation 5 y la Xbox Series X son consolas que son bastante amigables, pero también es consciente de que los juegos accesibles siguen siendo una minoría y que, si una persona ciega quiere meterse de lleno a explorar el universo de los videojuegos, probablemente va a tener que buscar complementos como mods o emuladores que le ayuden a jugar de manera más cómoda y no todo el mundo está dispuesto a hacer ese esfuerzo.


También cree que la accesibilidad es importante en una sociedad en la que los videojuegos cobran más relevancia para las interacciones sociales.


“El otro día me contaron que un nene ciego de nueve años quería jugar Minecraft y me preguntaron si era accesible; tuve que decir que no. Traté de dar alternativas como audiojuegos, pero es un poco triste porque los niños quieren compartir con otros que juegan lo mismo, no van a querer jugar un juego cualquiera con el tío o los padres”, señala.


Por eso recalca la importancia de que los desarrolladores se den cuenta que hay muchas personas que quieren jugar, pero no pueden hacerlo porque el producto no está preparado para ellas y que la accesibilidad, si se implementa desde el principio, es mucho más fácil.


“Un amigo mío que es ingeniero y que no tiene idea de accesibilidad se puso a programar un videojuego de Star Wars porque es muy fan y quería que yo lo juegue, entonces le agregó algunas cosas y pude jugar. Le dije que haga algunas mejoras y ando a la espera de eso, entonces realmente no es tan difícil si se implementa desde el principio”, sostiene Pía.


Fran Riba está de acuerdo con Pía y agrega que otro elemento vital para lograr espacios más amigables con la discapacidad es que cada vez se organicen más comunidades de personas de la diversidad.


“El lema de nuestro clan de videojuegos es que es un espacio seguro para todes: personas LGTBIQ, con discapacidad, racializadas, para todas las personas que lo necesiten. No basta con que las plataformas y las grandes industrias de los videojuegos incorporen accesibilidad, sino que también las personas deben empezar a crear comunidades gamers respetuosas con las diferencias en general”, concluye.

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