Capturando diversidad
Vemos unas manos que agarran una cámara

En el Día Internacional de la Fotografía repasamos lo que fue el taller Foco Interior, un proyecto que tuvo como objetivo enseñar cómo tomar fotos a personas ciegas.

 

A Renzo Ramos le encanta tomar fotos. En un día común y corriente, saca su celular y les toma fotos a sus perritos o a los sitios por los que camina.

Tomar fotos se ha vuelto una actividad cotidiana que nadie cuestionaría, sino fuera porque Renzo tiene discapacidad visual, y hay quienes creen que las personas ciegas no pueden relacionarse con el mundo de la imagen.

Renzo siempre ha creído que están equivocados. por eso en el año 2018 decidió ir a un casting en el que estaban seleccionando a personas ciegas para que sean parte de un taller de foto para personas con discapacidad visual que se llamó Foco Interior. Para sorpresa de Renzo, fue escogido para participar.

Foco Interior es un proyecto conducido por el fotógrafo Paul Vallejos, quien dirigió el primer taller en el año 2018 que duró aproximadamente ocho meses. En él, ocho estudiantes ciegos llevaron clases teóricas en las que aprendieron los fundamentos de la fotografía, la historia de fotógrafos ciegos de otros países y escucharon testimonios de fotógrafos peruanos sin discapacidad de diferentes áreas (naturaleza, desnudos, retratos, etc.).

Pero el taller no solo se enfocó en la teoría, sino que, además, los talleristas pusieron en práctica todo lo aprendido y salieron a las calles a capturar imágenes de su interés. Para ello, contaron con la ayuda de fotógrafos guías, amigos de Paul, quienes les acompañaron en todo el proceso de manera personalizada.

Cada alumno trabajó un proyecto diferente. El resultado fueron historias como la de Renzo, en la que se abordó la falta de accesibilidad en su distrito.

Renzo decidió fotografiar las tranqueras y los desmontes con los que lidiaba (y lidia hasta hoy) de camino a la avenida José Carlos Mariátegui en San Juan de Lurigancho, a la que se dirige a diario para tomar un bus que lo lleve al Centro de Lima, donde se dedica a vender bolsas de basura y toffees.

“Quise mostrarle al mundo los impedimentos que hay para que una persona con discapacidad transite libremente por las calles”, cuenta Renzo.

Johanna Contreras fue otra de las participantes de Foco Interior. A ella le encanta tomarse Selfies en los tiempos libres que le permite su trabajo como psicóloga. En su caso, decidió fotografiar a los personajes que admiraba. En sus retratos se pueden encontrar al cocinero Gastón Acurio y al presentador de televisión Jaime Bayly.

Otras historias que nacieron del proyecto Foco Interior retratan las pocas oportunidades laborales para las personas con discapacidad, capturan imágenes del paisaje urbano, entre otros trabajos.

 

Pero, ¿cómo enseñar a tomar fotos a una persona ciega?

Paul y los fotógrafos guías que participaron dando los talleres no eran expertos en dar clases a personas ciegas. Sin embargo, Paul se guio de algunas experiencias de otros países que encontró en internet y trató de darles esos lineamientos a sus compañeros, pero también fueron aprendiendo en el camino.

La metodología que aplicaron se puede resumir en cuatro etapas: en la primera, los fotógrafos guías describían el espacio para que la persona ciega tenga idea del lugar. Este fue un punto importante, de acuerdo a Johanna, porque eso le permitió imaginar todo el escenario.

“En el taller no solo me explicaban cómo tomar una foto, también me describían los elementos que estaban en el encuadre, todo eso me permitía ordenarlos para que la imagen salga como yo quería, y mi satisfacción era única cuando me decían que la foto había quedado genial”, comenta.

Un segundo paso era hacer que los estudiantes toquen el objeto a fotografiar para que supieran la altura y el ancho de lo que iban a registrar. Si había que fotografiar personas, como en el caso de Johanna, lo que hacían era pedir permiso a los retratados para que les permitan tocarles el hombro y/o la cabeza. Ese ajuste les ayudaba a tener una referencia de la altura de sus personajes.

En una siguiente etapa, los alumnos calculaban la distancia que debían alejarse del objeto y/o la persona para poder tomar la foto; y en la última etapa solo daban clic.

Renzo hasta hoy pone en práctica los métodos que le enseñaron en los talleres, sobre todo el de calcular la distancia.

“Hasta ahora aplico tres maneras de medir mi distancia. Si quiero tomar foto a un espacio grande, pongo la cámara arriba de mi cabeza; si quiero fotografiar algo que está a dos o tres metros, la coloco a la altura de mi boca; y si quiero capturar algo que está en el piso, la pongo a la altura del pecho y un poco hacia abajo”, comenta.

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El primer taller de Foco Interior se dio de manera gratuita, con la participación ad honorem de los fotógrafos guías, con ayuda de algunas instituciones privadas y públicas, e, incluso, con el apoyo de alumnos del Centro de la Imagen, quienes donaron equipos a los talleristas ciegos.

Aun así, para Paul no fue nada fácil conseguir el presupuesto que necesitaba, tuvo que tocar muchas puertas. Le gustaría continuar con su iniciativa, que se detuvo por la pandemia, pero sabe que lo más difícil será contar con el dinero suficiente para empezar otra vez.

Renzo, Johanna y Paul saben que talleres como Foco Interior rompen barreras, porque muestran que la diversidad existe en todas partes, que una fotografía se puede tomar de diferentes maneras si se dan las adaptaciones necesarias, y, sobre todo, muestran que lo más importante para lograr una sociedad más inclusiva es brindar oportunidades para que las personas con discapacidad puedan desenvolverse en igualdad de condiciones que las demás.